Del libro, que en cierto modo es un manual cultural que cuestiona el etnocentrismo occidental (especialmente el anglosajón de la época) para mostrar los valores propios del Japón tradicional, extraigo varias ideas, aunque me voy a centrar en dos cuestiones que entiendo importantes para la profesión del Trabajo Social, la cortesía y el valor. Para entender mejor el posicionamiento animaría a la lectura del libro entero, o al menos sus capítulos VI y IX.
"En su forma más elevada, la cortesía casi se aproxima al amor"
Contaba el libro que en un día soleado en el que te podrías encontrar al descubierto de sombrero y sombra, un hogareño con el que entablaras conversación quitaría su sombrero para igualar su condición a la tuya.
Ser cortés exige tener conocimiento cultural y también un mínimo de educación, tanto de la propia, como de aquellas con las que se interviene. Es una puerta de entrada de uso recurrente que favorecerá el proceso. La sabiduría lleva al entendimiento, y ello al vínculo. El vínculo en términos románticos es amor, en términos prácticos es identificación, lo que repercutirá en la consecución de objetivos previstos en el proyecto de intervención. Este enfoque es ampliable a los diferentes niveles de intervención.
Si existe vinculación, estaremos en mejor posición para cuestionar conductas o posicionamientos.
...pues lo "cortés no quita lo valiente"...
Del mismo modo que la cortesía, el valor es otro par integrado en el ADN de la disciplina. Y si la cortesía es a la empatía, el valor es al compromiso.
Tener cortesía hacia una persona o una institución no quiere decir que no podamos cuestionar hechos o conductas o no podamos replantear posicionamientos. Al igual que se quita el sombrero, puedo agradecerle el gesto y apremiarle a irnos juntos a la sombra a seguir hablando. Al igual que empatizo con la dificultad de la persona, debo cuestionar de alguna manera mediante argumentos sólidos si algo no se está realizando de forma adecuada o si una institución no está haciendo lo que se supone que debería estar haciendo.
El valor es un meme intrínseco a la caballería japonesa, a los samurais, hago lo que tengo que hacer por honor y compromiso para con mi señor. Salvando las distancias feudales y buscando analogías... El honor sería para con la autopercepción como profesional competente (hablamos de deontología profesional); y el compromiso con su señor se orientaría en la defensa de las personas en situación bajo el amparo de derechos internacionales y constitucionales.
Últimas reflexiones...
Cortesía y valor forman parte del deber ser pero no son por el hecho de tener un título.
El conocimiento y entendimiento cultural exige estudio y reflexión, el cuestionamiento de nuestra posición requiere de voluntad y no solo de estímulos externos. La supervisión puede servir en este aspecto.
Parar los pies a conductas desviadas, denunciar abusos institucionales, esconder gestos por cortesía se aprende, no es fácil.
Cada uno debe saber, o buscar respuestas, sobre lo que es un profesional competente en Trabajo Social.