Creo que es un pensamiento común el creer que un doctorado es algo difícil de lograr, ahora que estoy en ello, no afirmaría lo contrario, sin embargo, también existe la idea que es algo alcanzable sólo para unas cuantas personas de diversas características intelectuales o económicas y que por ende, no alcanzable para la mayoría de nosotros o nosotras. Mi opción al respecto es que lo importante es tener actitud investigadora y ganas de cambiar las situaciones que nos incomodan en el día a día o que nos hacen cuestionarnos el funcionamiento de un servicio, de una intervención, del diseño de programas, de políticas sociales o de lo que creamos oportuno o tengamos al alcance.
En el colegio nunca fui de los 20 primeros, tampoco en bachiller, tuve un primer intento universitario en la ingeniería técnica de obras públicas con resultados sociales muy buenos. Al año siguiente inicié un FP de Construcción con buenas calificaciones y aprendizaje, y tras dos años de trabajo intermitente opté por el trabajo social. En el grado no me fue mal gracias a la motivación que algunas profesoras y algún profesor transmitían, a pesar de la desmotivación que transmitían otros y otras. Tampoco me fue mal en cierto modo gracias a la posibilidad de recibir becas del Ministerio, aunque su recepción no signifique la
estabilidad económica familiar, por lo menos tenía cierta independencia y por lo tanto tiempo.
Fue surgiendo en mí el interés por diversas temáticas, principalmente la participación, conflictos y soluciones comunitarias, el trabajo con grupos, la atención a personas de origen no español, el trabajo con jóvenes. Me enrolé en un voluntariado de la Cruz Roja enfocado en la Participación Comunitaria en
el Centro de Madrid, realicé mis prácticas del grado en el CSC Casino de la Reina teniendo cada vez más claro mis intereses profesionales. Paralelamente iba a cursos de formación en temas sociales e intervención, en uno de los cuales me encontré con un profesor Holandés que planteaba la relación Online. A partir de ahí tuve un nuevo interés.
Acabé el grado satisfactoriamente tratando de aprovechar las oportunidades internacionales que se ofrecían: erasmus, cursos intensivos internacionales. Estas experiencias me ayudaron a ver la gran tradición investigadora en temas sociales de otros países. Decidí seguir con el Máster en Trabajo Social Comunitario, Gestión y Evaluación de los Servicios Sociales que ofrecía la Universidad centrando la mirada en la Participación en la UCM y las posibilidades de mejora desde la UTS. Después de aplicar una beca de Formación Práctica de la Universidad en 2011 me llamaron para apoyar el servicio erasmus de la facultad de farmacia en 2013. También ayudó la beca del Ministerio de aquel año. Tras haber terminado, me enrolé en el doctorado pues quería profundizar en los intereses que fui afianzando durante aquellos años con la idea clara que las becas se habían terminado para mí, por lo que tendría que buscar tiempo y ganas de dónde pudiera.
Durante las clases de análisis cualitativo, como parte de la Formación Complementaria, surgió el debate del acceso y la transparencia de las investigaciones, y en definitiva del conocimiento. Casi sin quererlo, esta reflexión que apuntó una compañera, me sirvió como punto de arranque para unir la investigación y el blog. En este sentido me imaginé las creencias que tenemos sobre el doctorado y sus límites, y me imaginé las carencias informativas existentes entre lo académico y lo real. Teórica y prácticamente lo académico se fundamenta de lo real a través del uso de técnicas de investigación social y del estudio del marco teórico, sin embargo, busca dar sostenibilidad a las afirmaciones que hablan de algo novedoso o replantean cuestiones ya pensadas. Sin que la gente conozca el proceso puede resultar realmente tedioso, complicado y generar rechazo, pues el lenguaje y el estilo cambia en ambos "mundos".
Por otro lado está el reciente crecimiento de los estudios de postgrado en trabajo social. Aunque se lleve investigando desde hace mucho tiempo, hasta hace 5 años no teníamos la posibilidad real de tener presencia en ciertos órganos de poder. Actualmente, el acceso es real y posible, por lo que hace falta aprovechar nuestro contacto con la diversidad de situaciones de necesidad y conflictivas, organizar la información, analizarla y convertir en conocimiento contrastable para poder defender la necesidad de cambiar esas situaciones y posicionar la profesión frente a las demás con solvencia. Mi intención en este sentido es facilitar mi proceso para dar información desde el "directo" que trate de unir la visión del estudio y la profesional, y que podamos aportar unas y otras a través de las reflexiones y los comentarios para hacer más tangible y alcanzable dicho proceso, tratando de desmitificar su lejanía y tratando de animar y motivar a quien quiera iniciarse. Con suerte y esfuerzo, si llega el momento de acabar, también se podrá realizar una reflexión en retrospectiva que de una visión más general.
En definitiva, la idea que subyace es que las reflexiones y comentarios sirvan de puente entre ambos espacios, poniendo hincapié en que podemos estar al alcance con voluntad y dedicación.
Gracias por su tiempo, un saludo!